martes, 20 de octubre de 2015

Valery Gergiev, director. London Symphony Orchestra. Barbican Centre.

Para este compré las entradas con diez días de antelación. Era el último de un ciclo de conciertos que hacía Gergiev en Londres. 
No lo conocía, la verdad, y qué ignorante era. El tío es perfecto. Manejaba a la orquesta con infinita exactitud y precisión, y tela marinera como respondían con ese programa. Una exageración de difícil, no sé en cuánto tiempo lo habrán montado pero ahí hay un trabajo minucioso, nota por nota, acento por acento, bravo. 
Una orquesta muy numerosa, rondando las cien personas, que a veces parecía que rompía un poco el sonido, pero también habría que escucharla con otro tipo de música. El concertino un gilipollas, cada vez que tenía un par de notillas miraba al público regocijándose. 
Y el sitio otro auditorio-centro de arte monumental, con mil salas de exposiciones, conferencias, biblioteca, conservatorio y blablá, y algo muy curioso, que pasa desapercibido a la vista fugaz, es el órgano que está integrado en la pared del escenario.


sábado, 17 de octubre de 2015

Daniil Trifonov. Philarmonia Orchestra. Royal Festival Hall.

Brutal. Desde el momento en que surgió la idea de ir hasta siempre.
Me llega un mensaje de que no trabajaba esa noche y a los dos minutos una actualización de la aplicación de entradas para estudiantes con un aviso de tickets de última hora para el concierto. Lo había visto hacía más de un mes y estaban agotadas...será el destino.
Las reservé corriendo, merendé y allí que me planté. En el pedazo de auditorio que tienen montao. Al bajar del metro no sabía muy bien qué calle tenía que coger pero no hizo falta dar mucha vuelta, lo vi enseguida por giganticismo. Qué disparate, y qué bonito.
Estaba excitada, nerviosa, entusiasmada y no sé cuántas "as" más porque iba a ver a quien se está convirtiendo en una leyenda. Sabía que tarde o temprano iría a alguno de sus conciertos pero no pensaba que fuera a ser tan pronto y con el 2do de Rachmaninoff.
Empezó el concierto con una obertura de Smetana, con la que la orquesta apuntaba maneras. Primera nota y ya estaba acojonada. Es la primera vez que escucho una de las grandes orquestas y estoy deseando escuchar la próxima. La buena música me ha despertado una especie de vicio que cada vez quiere más y mejor. Escuchaba cada uno de los violines formando uno sólo, las violas (sí, existen y son imprescindibles), los contrabajos estaban clarísimos, los vientos eran silbidos y susurros y las trompas mujeres. Calidad sencillamente.
Termina y sacan el piano al centro del escenario, toma cola, que no te falte; y aparece una cosilla canija y cabizbaja con la vergüenza que le da a un niño de cinco años. Qué curioso, pero no deja de ser un chaval de mi edad. Se sienta y sin titubeos empieza a do menear. No tengo palabras. Puede que haya quien piense que exagero, flipo o que no es para tanto pero este chico es el Horowitz del siglo XXI. Técnica más que perfecta, exacta, rítmica, sonido colocado en cada una de las butacas de la última fila, fraseo que envolvía toda la sala. Poder. Sabiduría, emoción, concentración, frialdad, "calentidad"... 
No sé, de verdad, qué más decir, pero el caso es que volví a casa pensando cuán lejos está esto del alcance de nuestras manos, los que creemos que hacemos algo de música. Era esta la verdadera música, la de los inmortales, y nosotros simplemente intentaremos seguirlos para cada día, estar un poco más cerca de alcanzarlos.

lunes, 12 de octubre de 2015

Cuarteto del Fin de los Tiempos. Messiaen. Werther Ensemble. Conway Hall.

El cuarteto es una movida, todos lo sabemos, pero lo que yo me pregunto es por qu`e tanto tiempo despu`es de su composici`on todav`ia nos cuesta escuchar este tipo de m`usica.
El hombre de la charla habl`o del cuarteto, del compositor etc... pero no me voy a meter con eso porque podr`iamos hacer una tesis doctoral, el caso es que dijo que en el estreno, los presos se quejaron abiertamente de que les resultaba muy dif`icil y en ocasiones irritable de escuchar. Y as`i seguimos.
Lo hab`ia o`ido ya varias veces, y lo toquete`e hace un par de a;os pero me enter`e en ese momento de lo qu`e va la obra. Que estr`es y agon`ia, pero vamos que eso es lo que quiere conseguir.
Como formaci;ion creo que estaba descompensado. El clarinete era un dios y los dem`as unos pobres a su sombra. El piano hac`ia lo que estaba escrito correctamente pero nada en especial, y el chelo y el viol`in deben matarse a estudiar arm`onicos en agudos en pp. S`e que es una putada pero si os atreveis a tocar esta obra campeones no pod`eis destrozar los n`umeros m`as impresionantes con ese tipo de detalles.
Pero menos mal que ten`ian ese clarinete. Hac;ia lo que le daba la gana con los matices, y era impresionante. Respiraba? Yo no s`e si respiraba pero el legato era impecable.

viernes, 9 de octubre de 2015

James Newby, baritone. Ashley Beauchamp, piano. The Chapel

Jajaja qué tío más cachondo, un crack! Todo un actor, con sus facetas de cómico perfectamente interpretadas pero también siendo fiel a la expresión y melancolía. Tiene una gran voz y una técnica sublime; no me sorprende que siendo tan joven ya haya pisado los grandes escenarios.
El pianista me ha parecido muy correcto, sin más, pero ya es bastante cuando de acompañar a cantantes se trata.
El programa me ha gustado mucho aunque hubiera variado un poco más las épocas. Es cierto que las piezas contrastaban mucho en carácter pero llámenme aburrida cuando diga que echaba de menos algún Schubert.


martes, 6 de octubre de 2015

Duo Asteria: Corinna Hentschel, violín; Giulio Poggia, piano. The Chapel.

Me gustan estos conciertos. Son cortos, a medio día, y veo a la gente rodar el programa. Otra vez compañeros desconocidos que a saber cuándo me vuelvo a cruzar.
Estos chicos eran buenos, podía ver mucho talento, pero creo que como dúo no pegan. No sé decir exactamente por qué pero no. La violinista me parecía mucho más entregada que el pianista, que era un poco bruto y despreocupado, pero no quiere decir que lo haga mal... No sé, he salido igual que he entrado.
El programa muy bien escogido aunque se notaba mucho que el Schumann estaba más maduro y el Beethoven recién salido del cascarón. Pero bueno, todos sabemos que hay que pasar por ahí.
La Iglesia preciosa y tan grande como siempre. Alumnos del conservatorio apoyando, ninguno
aparte del que repartía los programas (que le pagan).

lunes, 5 de octubre de 2015

Cuarteto Quiroga. Conway Hall.

Pues como me gustó tanto el Cuarteto Casals y como dije, los pianistas debemos ir a estos conciertos, he vuelto. Otra vez españoles, y muy buenos.
El martes me pasaron por Facebook un evento del concierto, con entradas gratuitas para menores de 25 años (cuidao que un poco más y no te escapas) y las reservé automáticamente sin pensar. Hice bien porque la gente parece que se lo sabe y estaba lleno de estudiantes en su mayoría españoles. Alguna cara conocida por allí: qué pequeño es el pañuelo.
El sitio es muy acogedor, lovely! Perfecto para música de cámara o conciertos sencillos, pero lo que me ha matado han sido las sillas. Y ya no me quejo más que no he pagado.
El cuarteto era de nivel, muy bien equilibrados y algo que me ha llamado particularmente la atención ha sido la fuerza y energía. Pero también tenían elegancia y delicadeza en la primera parte. 
Un programa muy completo e interesante, los felicito por la elección arriesgada pero triunfante. Pensando en poner pegas, podría cambiarle un poco de la sangre del violín segundo a la horchata de la cellista, pero eso es todo.