viernes, 29 de enero de 2016

Natalia Gutman, cello. Vladimir Jurowski, conductor. London Philarmonic Orchestra. Royal Festival Hall

Schnittke: Pianissimo
Shostakovich: Cello Concerto No.2
Bruckner: Symphony No.3

Interesante el Pianissimo este pero por otra parte... Para qué quieres tantos instrumentos si al final ni siquiera se van a escuchar? Dos pianos, celesta, clave, guitarra eléctrica??? Eins??? Aj...Compositores... Sin embargo no era mas simple que un 4/4 perfectamente medido. Bien hecho.
Y después salió esta pequeña pero gran mujer. Con la espalda corvada y costándole andar; llegó, vió y venció. Definitivamente me ha quedado claro que no hacer nada con la música es hacerlo todo. No poner nada de nuestra parte es ponerlo todo. La música es la que es, no somos quiénes para desvirtuarla, y en la pureza está la esencia. Natalia no hizo nada y lo hizo todo. Con sinceridad, como el compositor escribió para que fuera traducido, sin aportar más ni menos. Sin decir ni más, ni menos.
El que era un payaso era el director. Me da igual que sea fulanito de tal, tener nombre no lo libra. El tío tiraba la mano y sálvese quien pueda. Qué vértigo me daba, bendita orquesta, como siempre, grande en la sinfonía.

domingo, 17 de enero de 2016

Orquesta Simón Bolívar, Gustavo Dudamel, Drag Queen. Royal Fesival Hall.

Turangalila.

Sorpresa de escuchar Messiaen dos semanas seguidas? El problema es que la sorpresa no aparecería si fuera Beethoven o Brahms.
Me parece música para la élite, y todavía "diferente" de escuchar para mí, así que sinceramente me pregunto cómo afronta este tipo de conciertos el público porque, con tickets agotados, imagino que no será músico. Pero entrará en juego el nombre "Orquesta Simón Bolívar", "Gustavo Dudamel" y blablá más que el programa.
Son buenos, se han enfrentado a este reto, pero me gustaría escuchar la obra a otra orquesta, o esta orquesta con otra obra, para poder juzgarla, porque ahora mismo no me veo capaz. Ha estado genial, la obra es brutal, lo de las ondas una pasada, pero no puedo decir más.
Lo que sí digo es que había una Drag Queen de solista de piano. Vestida cual bola de discoteca que no podía ni moverse por el escenario con trampolines por zapatos. Cuando salió, la gente se asomaba desde el gallinero pa verle la raja de la falda. A mi me van a perdonar pero me parece una falta de respeto no sólo al lugar, público, música y compañeros, si no también a ella misma. De verdad necesitas hacer eso para llamar la atención? Puedo atreverme a llamarlo falta de confianza en uno mismo? Me recuerda a la pava esa que da las campanadas en España; al final está visto que cada uno hace lo que le dala gana, así que me callo. 
Ah sí, se llamaba Yuja Wang.

domingo, 10 de enero de 2016

La Natividad del Señor, Messiaen. Peter Holder. St Paul's Cathedral

Cuando algo no es lo que esperabas y luego te sorprende.
Yo iba con la idea de ver cómo se tocaba uno de los descomunales órganos de St Paul, y cuando he entrado había un organito portátil tres veces más pequeño que el del conservatorio. "Vaya", he pensado; pero me tengo que callar la boca. Cómo sonaba el bicho, parece mentira que desprendiera esos estruendos que hacían temblar toda la catedral. Me sentía grande. Me he sentado cerca del organista y he pillado toda la movida de los registros y los pedales... Uf uf que me agobio na más de verlo.
Era interesante que teníamos los panfletos con la explicación/comparación de los versículos con los números de la obra, y un par de curas iban narrando después de cada uno, pero no voy a meterme en religiosidades porque no las entiendo.
Y al final del panfletito ponía que no se podía aplaudir. Pero por qué? Qué pasa con que sea un sitio sagrado? La mejor recompensa del músico es el aplauso! Y para mí, después de que el concierto fuera gratis, era la única manera que tenía para agradecerlo.

martes, 5 de enero de 2016

Tai Murray, violín. National Youth Orchestra. Barbican

Tchaikovsky, Hamlet Overture
Korngold, violin concerto
Prokofiev, Symphony No 5

Una pena, pobre Tai. La única razón que se me ocurre para que tocara con ellos es que estuviera de profe en el encuentro.
Yo esperaba una especie de Jonde pero qué va, ni punto de comparación. Eran niños de unos quince años que defendían como podían el papelón que les había caído encima. El Tchaikovsky fue tristemente insoportable y en el concierto... Lo pasé mal por ella. No había forma de que la siguieran, aparte de que la tapaban cual oso de la montaña. Eran ciento y la madre! Tres tubas... 10 trompas, 7 fagotes, qué coño? A ver si alguno la daba, no? Pues no, ni uno. 
Ella es brillante pero no pudo compartirlo nada más que en los solos. Ya la había escuchado antes, incluso me he comido un bacalao dorao con ella, y me puse muy triste porque es una gran violinista. Deberían programarla con la orquesta grande. En fin.
El concierto como tal molaba. Contemporáneo pero tampoco mucho, un poco fantaseoso, como el público (ciento y la madre multiplicado por padres, abuelos y primosterceros afantasmados). 
Nos fuimos en el descanso.