jueves, 17 de diciembre de 2015

Patricia Petibon, soprano. Wigmore Hall

Canciones francesas y españolas del siglo XX

 Jajajajaja esta tía es la jefa de todos. Qué cachonda. Hizo un recital cómico-absurdo que ojo, perfectamente encajaba con el contexto surrealista, dadaísta e impresionista del programa. De repente  se disfrazaba o se ponía a guisar dentro del piano pero claro, (para los puritanos) es Satie y estaba dando las instrucciones sobre la cocina francesa! 
Su interpretación me recordaba mucho a los ballets, Milhaud, Satie, Poulenc... y lo descabellado de sus escenas... Imagina a la pianista tocando con una trompa de elefante en la nariz o a Patricia cantando con unas gafas de Bartolo. Esque me meaba de la risa pero era buenísimo! La perfección técnica era incluso más perfecta y el dúo no podía tener más sincronización. 
También hubo parte seria claro, las canciones españolas las tranquilizó un poco aunque te digo una cosa, estaba esperando que saliera con el vestido de lunares. Pero también es verdad que... sonaba un poco a flamenco operizao. Lo hacía muy bien pero ains, será que escuchaba a muchos gitanos cantando debajo de mi ventana cuando llegaba el buen tiempo a Badajoz.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Britten Sinfonia and Choir. Barbican. El Mesías.

Por lo menos una vez en la vida hay que verlo en directo. Quizá no más, porque a partir de la segunda hora empieza a dolerte el culo, pero merece la pena. 
El coro impone, yo creo que aunque no cantaran, verlos a todos ahí me haría pensar que va a pasar algo grande. Y lo fue, fue muy grande. Entiendo que sea una de las obras maestras pero digo entiendo porque supe entender. ¿Cuántas veces hemos dicho "yo esque la música barroca un rato bien pero más ya...". Invito ahora a preguntarnos... ¿Entendemos más de un rato? Quizá ese sea nuestro problema, que no sabemos escuchar lo que no estamos acostumbrados a escuchar. No puedo evitar nombar las clases de música antigua y clave del conservatorio, sin las que probablemente este Mesías me hubiera parecido un poco mentiroso.
Cuatro solistas brillantes de los cuales uno era contra tenor. Uy que impresión, qué raro; cerrabas los ojos y escuchabas una mujer, los abrías y veías un hombre. Castrati?
Algo que me sorprendió fue que cuando llegó el Aleluya la gente se puso de pie. ¿Religión? ¿Entonces por qué no escuchamos el Ave María de las bodas de pie? ¿Respeto? Pues me pondré de pie en la 9ª de Beethoven también. ¿Postureo inglés?




jueves, 10 de diciembre de 2015

Martino Tirimo, piano. Kings Pace.

Sonatas de Schubert 

Fui. Y mantendré la promesa de no escribir sobre quien conozco personalmente.

martes, 8 de diciembre de 2015

Maria Joao Pires, London Symphony Orchestra, Daniel Harding. Barbican Centre

Mozart nº 9 y Bruckner sinfonía nº 2

Cada vez que lo pienso estoy más convencida de que tocamos como somos, y nuestra música es un puro reflejo de nosotros mismos.
Esta mujer es clara, sincera y sencilla, y no necesita nada más para ser grande. Llevaba un vestido que puede que comprara en el mercao de los viernes en mi pueblo pero me da igual, como si quiere salir en pijama. 
Parecía increíble la burbuja que creó con todo el auditorio dentro de su sonido, con unas frases simplemente fáciles y y fieles a la partitura sin ninguna aportación personal pero a la vez toda la personalidad del mundo. Me estaba enseñando el concierto como Mozart lo compuso, y no pude comprender mejor cada estructura y cada mínimo detalle. (Como Lang Lang el otro día... Juas juas).
El segundo movimiento fue escalofriante. No sé si alguien pudo respirar hasta el atacca del tercero pero lo hubiera nombrado como una de las maravillas del mundo si mis dos colegas de al lado no hubieran roncado hasta despertarse del ruido que hacían.
El bis fue un nocturno de Chopin, a modo de disculpa por haber cambiado el programa del 2º de Chopin al Mozart, pero ojalá y pida más disculpas porque nunca había escuchado un nocturno igual. Lo que decía: claro, sincero, sencillo y fiel, y nada más, como tiene que ser; porque lo que es, ya es por sí sólo.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Lang Lang. Philarmonia Orchestra. Royal Festival Hall.

24 de Mozart y 2ª de Beethoven.

Patético. Desde que entró hasta que salió. No sé si alguna vez había sentido vergüenza ajena en un sitio de los grandes como es este. Y qué pena que programen a este tío dos veces en la misma semana. ¿Por qué fui? Para corroborar mi opinión de que Lang Lang es un gilipollas. Sabía que no me iba a gustar el concierto, porque no me gusta como pianista ni como persona, pero había que darle una oportunidad, por si acaso. Ay que lástima de 14 libras. Por lo menos luego hubo cura de conciencia con la sinfonía, pero qué espanto.
Para empezar salió saludando como los toreros, y haciendo un gesto al público como de "tranquilos, ya estoy aquí". Pa seguir el traje. ¿Traje? Con los botones de la camisa brillantes a lo más puro Jony, sin corbata, pajarita o lo que fuera que tocara, y con el flequillo ese largo y engominao que se lleva ahora. No podía verle los pies pero no me extrañaría nada que llevara las zapatillas que lo patrocinan. 
Empieza la orquesta y el otro a actuar. Soy yo el director y le doy con una sartén en la cara esa que tiene. ¿Qué haces payaso? Redirigiendo a la orquesta, dando las entradas, dándose las entradas a sí mismo, haciendo parasismos con una mano cuando la otra no tocaba, haciendo gestos como de pajaritos cuando había agudos, inflándose cuando tocaba pianos... O sacudiéndose la solapa de la chaqueta a lo sobrao y haciendo el gesto de flequillo Pantene. No me podía creer lo que estaba pasando ahí. Porque el asiento era detrás de la orquesta, sino me levanto y me voy. 
Tanta exageración y extravagancia me alejaba de la música, y apenas pude percibir un par de cosas. Está claro que para hacer tanta parafernalia hay que dominar mucho la partitura, y bravo por eso, pero tsss... No me interesa. En absoluto. Menos me interesa el bis que hizo, el Vals de Chopin que siempre toca para llevar al límite su exhibicionismo. Unos zambombazos al pedal... Unos golpes al piano... 
Y lo más penoso de todo fueron los "bravos" de la gente. Está visto que Lang Lang es la Belén Esteban del piano.
Me pareció un insulto hacia el concierto. Ejem, ¿do menor? ¿Seguro? Pues estamos apañaos. Un insulto al director, la orquesta y sobre todo a Mozart y Chopin. Recuerda Lang Lang: no eres ni nuca serás mas grande que ninguno de ellos